Llamamos "fibra dietética" al conjunto de compuestos que, por su composición, no pueden ser digeridos y absorbidos en nuestro intestino. Sin embargo son necesarias ya que nos ayudan a mantener una óptima salud porque desempeñan funciones específicas en nuestro organismo. Las encontramos presentes en alimentos de origen vegetal como frutas, verduras, cereales integrales y legumbres, (alimentos que además aportan gran cantidad de vitaminas y minerales).
- -mejorar la función intestinal.
- -controlar los niveles tanto de de glucosa como de colesterol en sangre.
- -poseer un importante poder de saciedad lo cual es útil para mantener el peso en valores normales.
- -proveer energía a las células del colon y la flora intestinal.
La fibra contribuye por lo tanto, en el tratamiento de diversas patologías como el síndrome metabólico, la constipación, la enfermedad diverticular, la hipercolesterolemia, etc. Además, se indica en aquéllos pacientes diabéticos, ya que, la misma actúa como estabilizadora de la glucemia (valor de azúcar presente en la sangre).
Por ello es recomendable aumentar el consumo diario de verduras y frutas de todo tipo y color a 5 porciones por día, procurando alternar las mismas, en preparaciones donde se las consuma tanto crudas como cocidas. Además, es importante optar por los cereales integrales para el consumo como: pan o galletas de salvado, arroz integral, cereales de desayuno integrales y al mismo tiempo, incluir en nuestra alimentación legumbres.
El interés por la fibra en nutrición humana aparece con fuerza a partir de los trabajos de distintos investigadores, dónde se demuestra la relación que parece existir entre el consumo inadecuado de fibra y el aumento progresivo de enfermedades degenerativas.